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Todo sobre el Trastorno Desintegrativo Infantil

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El trastorno desintegrativo infantil no es otra cosa sino una alteración, la cual provoca una regresión el niño en varias áreas de su desempeño, esto luego de un lapso de por lo menos un par de años de desarrollo normal.

Se trata de un trastorno no muy común, el cual es incluso entre 10 y 60 veces menos usual que el autismo, que es también una alteración del desarrollo.

¿Por qué se presenta el Trastorno Desintegrativo Infantil?

por-que-se-presenta-el-trastorno-desintegrativo-infantilAl cumplir 3 o 4 años de edad, es cuando un niño puede empezar a experimentar una muy marcada desintegración de sus habilidades de comportamiento, sociales, motoras y lingüísticas.

Por desgracia, aunque se conoce la edad en la que puede presentarse aún no se sabe con exactitud cuál es la causa por la que este trastorno aparece. No obstante, expertos en el tema creen que la pérdida de las habilidades mencionadas puede estar relacionada con una alteración cerebral.

Así mismo hay otros factores que pueden estar relacionados ya sea con el inicio o con la agudización de los síntomas del trastorno, los cuales reciben el nombre de estresores médicos o psicosociales, y ejemplos de ellos son el nacimiento de un hermano o una infección crónica.

Síntomas principales:

  • Pérdida de la fluidez del lenguaje. El menor es incapaz tanto de expresar lo que quiere como de comprender lo que se le dice, siéndole difícil seguir instrucciones por más sencillas que puedan parecer.
  • Complicaciones para coordinare y controlar su motricidad. Esto se traduce en dificultad para acciones que otros niños de su edad pueden hacer sin problema alguno, como el agarrar un lápiz, correr y hasta caminar.
  • Intereses y actividades limitadas y estereotipadas. El menor realiza movimientos repetitivos y es común el uso de manerismos, los cuales también ocurren cuando existe autismo.
  • Problemas para convivir. Aunque fisiológicamente esté creciendo, se presenta una conducta infantil e impulsiva característica de etapas anteriores de su vida. Debido a esta dificultad para socializar, se comporta de manera distante y fría, de manera similar a un niño autista.

El trastorno desintegrativo infantil no es curable en un 100%, por lo que es imposible para el niño recuperar las destrezas perdidas. Sin embargo, los padres no deben darse por vencidos y consultar con un especialista para seguir un tratamiento adecuado, ya que en varios casos es posible conseguir mejorías.

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