Hablar de internados es para muchos considerado como un tema tabú. El principal motivo de esto es, justo como sucede con muchos otros temas “tabú”, el desconocimiento.
Debido a esto y comenzando por orden de ideas, primero debemos tener en claro qué es un internado para niños.
Se trata de un colegio del tipo privado, una institución donde se ofrece una educación integral para los niños, es decir, que abarca tanto la impartición del conocimiento propio de una escuela, como la enseñanza de valores y disciplina, entre otros puntos.
Cabe señalar que existen un sinnúmero de tipos de internados. No obstante, hablando específicamente de los especializados en niños, entre los más comunes destacan los religiosos, cuya principal característica es el estar sustentados en la práctica regular de la fe religiosa; así como los terapéuticos, cuya principal misión es tratar con niños que cuentan con dificultades para aprender y/o relacionarse con otras personas.
Teniendo en claro qué es un internado para niños, pasemos a las principales características de este tipo de lugares:
Es un internado: la principal y más obvia característica de un internado es que el inscrito, en este caso un niño, permanecerá interno en su interior. Hay algunos internados que le ofrecen a los menores la posibilidad de volver con sus padres durante periodos vacacionales, otros durante los fines de semana y unos más hasta el término del ciclo escolar.
Formación de excelencia: en teoría, al tratarse de una institución educativa privada, la calidad en la formación académica facilitando así al menos un mejor futuro a nivel profesional.
Valoración del esfuerzo: debido a la variedad de actividades extraescolares y tener siempre a su disposición al personal docente, el menor aprende a valorar el esfuerzo y desarrollar al máximo sus capacidades físicas e intelectuales.
Precio: lamentablemente no todo son buenas noticias. El costo de inscripción en un internado suele ser muy elevado en relación al de las escuelas convencionales, lo que los hace inaccesibles para la mayoría de la población.
Para finalizar, es importante tener en cuenta que inscribir a un niño en un internado no debe ser visto como un castigo, pues no es así como funcionan. Los internados no son opciones para “deshacerse de un problema”, al contrario; si esa es tu idea, lo más probable es que sólo termines empeorando la situación.
