Es común que mucha gente tenga en un muy mal concepto a los internados cristianos para niños, o en general a cualquier tipo de internado (sobre todo los militares), lo cual es un error.
En realidad, hablar de un internado es hacerlo de una alternativa para que un menor reciba la educación que necesita, aunque claro, con ciertas diferencias respecto a otras opciones, como puede ser el hecho de ser también un espacio para vivir y convivir, así como un lugar donde se le enseñe sobre disciplina y valores.
Desde luego cada internado cuenta con sus propios métodos y actividades a realizar, y los internados cristianos para niños no son la excepción. Como podrás imaginarte, la principal característica de ellos, es el brindar una educación de calidad al mismo tiempo que se fomenta la práctica de la fe en todo momento como parte de un proceso integral.
Antes de tomar una decisión acerca de si se debería considerar o no como una opción de educación a los internados cristianos para niños, lo primero que como padre o madre debe hacer es tener en mente cuáles son los motivos que hay para estudiar en uno de ellos.
Por principio de cuentas, quienes inscriben a sus hijos en un internado cristiano lo que buscan es un lugar que sea capaz de brindarles una formación académica sólida que les sirva de cara a su futuro como profesional., sin importar cuál sea el área en la que terminará desenvolviéndose en su vida adulta.
De igual forma, suelen esperar encontrar un lugar que ofrezca un ambiente sano en todo sentido, donde se le prioridad al fomento de los valores, donde la amistad y el deporte reciban la importancia que se merecen.
Como último motivo, pero no por ello el menos importante, está el hecho de garantizar se trata de un lugar donde la educación sea impartida tratando al niño como una persona y no desatenderlo por la masificación.
En resumen, un espacio que logre la maduración del menor en todo sentido; intelectual, psicológica, física, deportiva, moral y religiosamente, potenciando con ello lo mejor de él.
